Cada noche un nuevo drama, el escenario en el salón.
El mismo protagonista, otra vez el mismo actor.
Irrumpía de un portazo dando comienzo a la acción.
Cualquier excusa era buena para empezar la discusión.

Su voz en grito como una explosión,
escupía espuma con sabor a alcohol,
y yo escondido en mi habitación,
en silencio, aguantando la respiración,
pero de nada sirvió.

Cada noche era lo mismo, la misma representación.
Un episodio de sangre, de maltrato y de dolor.
El bar era su refugio, y su objetivo siempre yo,
por más que le suplicaba entre lágrimas de amor.

Sacaba el cinto con esa expresión,
cargada de odio y de incomprensión.
'Lo siento hijo, lo hago por tu bien',
descargando su rabia hasta el amanecer,
y sin parar de beber.

Quiero vivir en un mundo sin tí.
Quiero despertar sin temor a sufrir.
Escapar del miedo y poder sonreir.
Quiero creer en un mundo sin tí.

Su voz en grito como una explosión,
escupía espuma con sabor a alcohol,
y yo escondido en mi habitación,
en silencio, aguantando la respiración,
pero de nada sirvió.

Quiero vivir en un mundo sin tí.
Quiero despertar sin temor a sufrir.
Escapar del miedo y poder sonreir.
Quiero creer en un mundo sin tí.