Mundo estúpido y voráz,
que has arrancado de mí lo más querido.
Cierro los ojos y ahí estás,
aún no me creo que te hayas ido.

Vivo sin vivir en mí,
soy un espectro que vaga en la noche.
Te echo tanto en falta aquí,
que me aislo en mí mismo enterrado en reproches.

Y las hojas del calendario se derraman por el bulevar,
de aceras desgastadas y llenas de charcos,
de lágrimas que no se evitar.

Y yo sigo por mi camino,
aquel que me enseñaste a andar.
Tan seguro de tenerte conmigo,
de aquí a la eternidad.

Vas alejándote y yo detrás de tí,
me aferro al sueño y te sigo hasta el amanecer.
Y vuelvo a despertar, sabiendo que no estás.
Intento ser fuerte, pero a veces me dejo llevar.

Lanzo mis palabras al viento,
se que tú las podrás escuchar.
Solo quiero que sepas que te echo de menos,
y que nunca te podré olvidar.

Y yo sigo por mi camino,
aquel que me enseñaste a andar.
Tan seguro de tenerte conmigo,
de aquí a la eternidad.
Que no hay nada que me detenga,
nada que me haga mirar atrás,
porque se que estaré contigo
de aquí a la eternidad.